lunes, 24 de marzo de 2008

Una observación: Cuanto porque decepcionarse!

-No entender porque le cantan "arriba Juan", cuando uno no se llama Juan.
-Saber que a Papá Noel lo ayudan los padres y, más adelante (como a los 18), saber directamente que no existe (en mi caso, sufrí más con el conejo de pascuas).
-Abrir el paquete de regalo de cumpleaños y encontrar... ropa.
-Darse cuenta que el proceso para que los bebés sean creados es un asco y, lo peor, darse cuenta que sus papás tuvieron que pasar por eso(!!!).
-Darse cuenta que no va a poder ser una estrella del balonpié (porque es de madera) o una modelo (en el caso de las señoritas).
-Descubrir que los millones de kilos de chocolate que prometía la promoción era tan sólo un chocolatín.
-"Estás grande para esa pavada", pero "sos chico todavía" para otras pavadas.
-Llenar un álbum de figuritas y notar que no tenía ningún premio por llenarlo (en mi caso, el de los Supercampeones que ni autoadhesivas eran!!!)
-Descubrir que "Superpoderes" o "Ser millonario" no son uno de los 3 deseos que se pueden pedir al soplar la vela (o al sacarle la semillita al panadero... pero no creo que todos conozcan ese mito).
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